Con una Buenos días especial, el 11 de octubre se celebró en el CEST la canonización de Artémides Zatti, realizada el 09 de octubre en Roma, por el Papa Francisco, quien indicó a todos los fieles presentes en la plaza de San Pedro en el Vaticano el modelo del santo enfermero y pariente de todos los pobres, como un ejemplo vivo de gratitud.
En este sentido, el padre Darío Navarro, director de la Presencia Salesiana destacó las palabras del Papa Francisco, en el día que se proclamó la santidad de don Zatti ante la Iglesia universal, añadiendo la relevancia de la santidad, santidad que se puede vivir desde lo cotidiano como lo señalaba don Bosco. El Padre Darío hizo mención a las palabras que los jóvenes vieron en un cortometraje de su vida, donde finaliza diciendo “no importan las paredes, sino las personas”. “La frase es desconcertante –agregó—pero se refiere a un hospital que a él se lo quitan porque no tiene dinero para poder mantenerlo, y de ahí esa imagen que acabamos de ver, y que hay tantos enfermos que no tienen recursos para poder ser sanados, y don Zatti tiene que dar todo lo que tiene, entonces al final lo importante no eran las paredes, sino las personas, que llevaban adelante esa labor de ayudar a los más necesitados”.
Ante este acontecimiento tan relevante para la Iglesia y para la Congregación Salesiana, el padre Darío se hizo la pregunta, ¿qué podemos aprender de don Zatti? Dijo que lo primero es que él se la jugó por la vida de las personas; lo segundó que acompañó a las personas, especialmente en el momento de su muerte; y por último que don Zatti soñó en grande. “Estimados jóvenes todos los que estamos aquí, soñemos en grande, vamos a ver que don Zatti tuvo muchas dificultades en la vida, y nosotros también a veces sentimos que las cosas no resultan, nos desanimamos, y pensamos que no vamos a conseguir lo que queremos lograr, pero si somos perseverantes, todo será posible, porque la santidad es un proyecto de vida, y la santidad salesiana consiste en hacer las cosas bien”, concluyó el sacerdote.
Artémides Joaquín Desiderio Maria Zatti (Boretto, Reggio Emilia, Italia, 12 de octubre de 1880- Viedma, Rio Negro, Argentina, 15 de marzo de 1951) fue un religioso y enfermero ítalo-argentino, proclamado beato por la Iglesia católica el 14 de abril de 2002 por el papa Juan Pablo II y canonizado por el papa Francisco el 09 de octubre de 2022 en la Plaza de San Pedro de la ciudad del Vaticano. Su sobrino, el sacerdote salesiano Juan Edmundo Vecchi, llegó a ser rector mayor de la Congregación Salesiana entre 1996 y 2002.