El 16 de agosto, los integrantes de la Familia Salesiana celebraron 207 años del natalicio de su fundador San Juan Bosco, donde también renovaron su compromiso de fidelidad al carisma salesiano. La misa, que se celebró en el templo parroquial de Santa Ana, fue presidida por el padre Darío Navarro Oyarzo, director de la Presencia Salesiana en Talca, y concelebrada por la Comunidad Religiosa: P. Belarmino Sánchez, P. Juan Pablo Lyon, Diácono Romedil Ilufi y el tirocinante Camilo Peña.

Con inmenso gozo de poder celebrar la eucaristía en tiempos de pandemia, se agradeció a Dios por haber suscitado en la Iglesia, la vida de San Juan Bosco.

El padre Darío manifestó sentirse muy contento de poder reunirse con la comunidad salesiana y dar gracias a Dios por habernos dejado a este hombre, padre y maestro de los jóvenes, que también con su espiritualidad ha tocado nuestra propia vida, y que no sólo la ha tocado, sino que nos ha llamado a convertirnos para poder hacer un servicio a la sociedad en el mundo de hoy.

Agregó que cada espiritualidad trata de destacar un rasgo importante de Jesús. “Jesús es el hijo de Dios y, por lo tanto, tiene muchos rasgos, que como cristianos nosotros podemos destacar y llevar a la práctica”.

Don Bosco quiso tomar algunos rasgos específicos que en realidad el Espíritu Santo suscitó en él, para poder ofrecerlo a la Iglesia y al mundo. Ese rasgo es la actitud del buen pastor. Un buen pastor, aclaró el padre Darío, no es solo pastor, que va acompañando, sino que es “buen” pastor, que quiere el bien del otro. “Nosotros hoy día estamos invitados a tomar ese rasgo de Jesús, que Don Bosco siguió y se dejó conquistar por Él (…) y a ejemplo de Don Bosco, con estas características de la espiritualidad salesiana, queremos seguir a Cristo Jesús, a Cristo que conquistó el corazón de Don Bosco, que transformo la vida y también nos transforma la vida a nosotros hoy”, señaló.

Por último, el padre Darío invitó a las comunidades de la Familia Salesiana a hacer un regalo a Don Bosco en su cumpleaños. “Si la alegría es un rasgo característico salesiano, yo le voy a regalar la disposición de esta alegre, y así cada uno de acuerdo a su misión hacer un compromiso y un regalo a Don Bosco, para continuar haciendo vida nuestra espiritualidad, como signo de unidad y comunión con la misión salesiana en todo el mundo”, finalizó el padre Darío.

En este contexto, como signo de promesa y compromiso, representantes de la Familia Salesiana, proclamaron la fe que los une en un mismo carisma, diciendo que creen en el Dios que ama a los jóvenes.

Posteriormente, se renovó el compromiso de vivir juntos el carisma salesiano y así ser constructores del Reino de Dios con el estilo de San Juan Bosco, rezando la oración de fidelidad.

En el momento del ofertorio, junto al pan y el vino, se presentaron ante el altar, diferentes implementos que representan la misión de cada comunidad de la Familia Salesiana.

Con la eucaristía de fidelidad se renovó un año más de compromiso al carisma salesiano, y con ello, el servicio en la educación, y de ser buen pastor para los niños y jóvenes de la ciudad de Talca.  En la imagen pinchar para abrir álbum de fotos.