La Comunidad Educativa del CEST celebró en Miércoles Santo –13 de abril— el Vía Crucis o Camino de la Cruz, un camino de oración, que tiene la finalidad de adentrarse en la meditación de la Pasión de Jesucristo en su camino al Calvario. Los integrantes del CEST fueron invitados a disponer el corazón para acompañar a Jesús en esta entrega, y durante la tarde, participaron de las 13 estaciones del Vía Crucis, organizadas en el patio de Sede Norte y preparadas por el Área de Evangelización a cargo del padre Eduard Rojas.

Al inicio de la celebración, el padre Darío Navarro, director de la Presencia Salesiana en Talca, motivó a los profesores y asistentes de la educación del CEST a pensar en los acontecimientos, en esos cristos que tienen nombre y apellidos, “personas, familiares, amigos, vecinos, personas que conocemos, que tienen rostro para nosotros, que en cada una de las estaciones pensemos en ellos, que podamos rezar pensando en esa persona, que este Vía Crucis nos ayude a tomar sentido de cada experiencia que vivimos, de cada experiencia con Cristo”, señaló el sacerdote.

Durante las trece estaciones, que estuvieron a cargo de los estamentos del CEST, se colocaron diferentes intenciones, especialmente sobre las dificultades que estamos viviendo como país y en el mundo, como la inflación, la falta de locomoción, la violencia desatada a consecuencia de dos años de encierro, la pandemia que no cesa, y la vida de tantas personas que diariamente se entregan al servicio y a la solidaridad con los demás.

Cabe recordar, que los textos, las meditaciones y las oraciones del Vía Crucis ayudan a los cristianos a contemplar este misterio de la pasión, para aprender la gran lección de amor que Dios nos ha dado en la cruz, para que nazca el deseo renovado de convertir el corazón de todos los cristianos, viviendo cada día el mismo amor, la única fuerza capaz de cambiar el mundo.