La mañana del sábado 11 de diciembre, 18 alumnos del CEST recibieron por primera vez a Jesús Eucaristía, en una emotiva celebración eucarística, presidida por padre Eduard Rojas, y que se celebró en el Santuario María Auxiliadora.
Luego del rito inicial, Rachel Muñoz, presentó a los jóvenes para que el sacerdote, en nombre de la Iglesia los acepte para recibir el sacramento, señalando que lo hace en nombre de todos los catequistas del CEST y de la comunidad.
En su homilía, el padre Eduard destacó lo importante que ha sido para estos jóvenes prepararse y profundizar las cosas de la vida de fe, porque ellos desde su libertad han querido encontrarse con Jesús y seguirlo. “Jesús los invita a ustedes a crecer en la fe, a participar de su misión, porque este seguimiento significa hacerse parte de todas las situaciones de la vida de Jesús, que son las situaciones de la vida de las personas”, agregó padre Eduard.
Añadió que en esta experiencia de seguimiento a Jesús pueden pasar muchas cosas, pero lo importante es no alejarse, “porque si a nuestra vida le falta Dios, nos fatigamos, nos cansamos fácilmente, y el Señor quiere estar con ustedes, con todos, pero el desafío es confiar en Él y permanecer en Él”, puntualizó el sacerdote.
Posterior al mensaje del sacerdote, la comunidad creyente renueva su fe, en esta ocasión, los jóvenes hicieron esta renovación en diálogo con el sacerdote. Un joven, representando a sus compañeros, señaló que, “con la ayuda de Dios, de nuestros padres y de la Iglesia, queremos crecer en la fe, la esperanza y la caridad. Nos proponemos participar en la Eucaristía cada domingo, y vivir el mandamiento que nos ha dejado Jesús, amar a Dios y al prójimo”.
En el momento de la oración universal se rezó por los niños y jóvenes que recibirán a Jesús Eucaristía, para que logren ser constantes en su fe y en el encuentro con Jesús, también se hizo oración por la Iglesia, por los sacerdotes, por los catequistas y por todas las personas, especialmente, niños, que están viviendo situaciones difíciles de pobreza y de pérdidas de seres queridos.
En la liturgia eucarística, el padre Eduard invitó a los jóvenes a colocarse alrededor del altar, pidiéndole al Espíritu Santo que venga sobre ellos y les de su bendición, para que pudieran participar con él en este momento tan especial de la misa, cuando la hostia y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo, y el sacerdote es parte de este don y sacrificio.
En el momento de la comunión, los jóvenes fueron los primeros en recibir a Jesús en sus corazones, al recibir la hostia consagrada, y permanecer en comunión con Cristo, el Señor. Luego, la comunidad participó del sacramento eucarístico. Seguidamente, luego de vivir este momento de intimidad con el Señor, el padre Eduard pidió a los familiares, amigos y comunidad a dar aplausos por estos alumnos que han dado un paso más en su vida de fe. Luego impartió la bendición final para todos.
