La Comunidad Educativa Salesiana de Talca se despidió con profunda emoción del hermano Romedil Ilufi, quien después de tres años de trabajo en el CEST, fue trasladado a la comunidad salesiana de La Serena. Durante la oración de buenos días, alumnos, profesores y asistentes de la educación rindieron homenaje al hermano Romedil, expresando su cariño y admiración por su labor pastoral con jóvenes y adultos.
En Sede Sur y Sede Norte, todos los miembros de la comunidad educativa destacaron la cercanía y dedicación del hermano Romedil, quien, siguiendo el ejemplo del buen pastor, guió a los jóvenes con amor y generosidad, poniendo en práctica este estilo de acompañamiento en medio de los niños y jóvenes.
El padre David Albornoz, director de la Presencia Salesiana en Talca, tuvo palabras de agradecimiento para el hermano Romedil, destacando su cercanía en todas las actividades realizadas, especialmente en su rol como profesor jefe de curso y en las experiencias significativas vividas por los estudiantes. "La figura del buen pastor es muy importante para Romedil, quien ha dado testimonio de ello a través de diversas iniciativas, como las jornadas vocacionales. Hoy, estamos invitados a hacer memoria agradecida de todo lo que nos ha dejado", expresó el padre Albornoz. "Reconozcamos con cariño y afecto todo el amor que ha sembrado en nosotros y deseémosle lo mejor en su futura misión en La Serena."
En Sede Norte, el alumno Pablo Arcos, en nombre de sus compañeros, agradeció al hermano Romedil por su cercanía y escucha. "Nos enseñó a ser mejores personas. Su vida, llena de entrega y generosidad, nos inspiró a tener fe no solo en Dios, sino también en los demás, a ser solidarios y a valorar el amor y la compasión", manifestó el estudiante.
La profesora Julia Burgos, representando al cuerpo docente, describió al hermano Romedil como una fuente constante de luz, orientación y apoyo para todos. "Tu presencia ha dejado huellas profundas en cada uno de nosotros. Tu carisma y dedicación al servicio de Dios han inspirado a toda la comunidad educativa", expresó la docente.
En representación de los asistentes de la educación, don Hernán Díaz, agradeció la cercanía y apoyo en todo momento.
Finalmente, el hermano Romedil, visiblemente emocionado, agradeció las muestras de cariño, los regalos y, sobre todo, el espíritu de comunión que experimentó durante sus tres años en el CEST. En su despedida, instó a los jóvenes a seguir participando y involucrándose en la pastoral y en todas las actividades que ofrecen la oportunidad de crecimiento personal y espiritual.
Con sentimientos encontrados, la comunidad educativa despidió al hermano Romedil, quien deja una huella imborrable en el corazón de todos, mientras se prepara para continuar su misión en La Serena.


