En la mañana del 20 de diciembre se reunieron los cursos de kínder A y kínder B, junto a sus familias, para dar gracias a Dios por el cumplimiento de una etapa: finalizar la enseñanza prebásica e ingresar a la enseñanza general básica. La liturgia se realizó en el Santuario María Auxiliadora y fue presidida por el padre Darío Navarro, director de la Presencia Salesiana en Talca, quien en su mensaje se refirió a lo importante qué es el amor en nuestras vidas, y cómo el amor nos va transformando; el amor que le tenemos a los hijos, a los padres; el amor que le tenemos a Dios y a la Virgen Auxiliadora, ese amor de Dios que hace nuevas todas las cosas.

La liturgia estuvo llena de símbolos que significan las dimensiones formativas salesianas, como son: casa, escuela, patio y parroquia. Una familia llevó hacia el altar el logo de los salesianos de Don Bosco, que representa la estructura de una casa, simbolizando el compromiso de no dejar solos a los niños en su desarrollo; una educadora con un alumno presentó un libro, que simboliza el trabajo de los niños durante el año; un estudiante, junto a una educadora, presentó un cirio, signo de querer ser luz y transmitir a Jesús a los demás; y por último, varios estudiantes presentaron legos y balones, simbolizando el juego y las amistades generadas durante este año, actitud propia del espíritu salesiano.

Los alumnos de kínder concluyeron su primera etapa en el CEST, y como gesto del esfuerzo y trabajo de todo el año con sus compañeros y educadores, recibieron de parte de sus padres el cuadro de culminación de esta etapa, la bendición, la luz que los guiará y un gran abrazo.

Terminada la liturgia, se hizo la premiación de los alumnos más destacados. Por mejor desempeño se destacó a los estudiantes Martín Verdugo Yáñez de kínder A y Tomás Mendoza Ortiz de kínder B. Por participación ACLE se destacó al alumno Tomás Mendoza Ortiz de kínder B. Por mejor compañero se destacaron los estudiantes Sebastián Encina Jara de kínder A y Lucas Moreno Arellano de kínder B. Y el premio al espíritu salesiano lo recibieron los alumnos Ian Castro Salas de kínder A y Camilo Silva Torres de kínder B.

Al finalizar la celebración, Reinaldo Castro, rector del CEST, en su discurso señaló que los niños no pueden ir solos en este camino de la educación, que la familia es fundamental en este proceso. “Necesitamos de ustedes mamá, papá y familiares; necesitamos que vuelvan a transformarse en la primera escuela de sus hijos, porque nosotros ya estamos en camino de ser el segundo hogar para ellos. Queremos que sus hijos, se transformen en los jóvenes del futuro, que sean sal y luz para los demás, pero también para sus propias familias, pues en sus corazones arde la llama de Jesús resucitado”, concluyó.

Este año como presencia salesiana en Talca, se celebran 135 años de la llegada de los primeros salesianos. Como recuerdo se entregó a los niños la piocha de 135 años, que conmemora este gran acontecimiento.  

El padre Darío impartió la bendición para todos los presentes, los niños y sus familias.  (Para ver la galería de fotos, pinchar la imagen que sigue).