El 30 de marzo, los alumnos de los siete primeros medios TP y HC 2019 participaron en la jornada Valdocco, que invita a los jóvenes a vivir la experiencia del oratorio de Don Bosco, dándoles a conocer a los nuevos alumnos, los pilares fundamentales que sustentan la máxima salesiana de ser buen cristiano y honesto ciudadano. Éstos son: Casa que acoge; Escuela que educa; Parroquia que evangeliza y Patio para encontrarse con los amigos. Y Valdocco es la primera experiencia para estos jóvenes.
A esta inducción llegaron jóvenes que no conocían nada de los salesianos, tampoco las figuras, ambiente ni las actividades pastorales, por eso este encuentro fue una forma de dar la bienvenida a los jóvenes que ingresaron al CEST a partir de marzo de 2019. Y así lo hizo padre Pedro Pablo Cuello, director de la Presencia Salesiana en Talca, quien saludó y motivó a los jóvenes a seguir profundizando el espíritu salesiano que los insta a ser buenos cristianos y honestos ciudadanos. Los invitó a inscribirse en las actividades extracurriculares, a participar del proyecto educativo y a sentirse parte de la Comunidad Educativo Pastoral. También compartió este mensaje el rector del Establecimiento, Reinaldo Castro Castro, quien también hizo de conductor de la jornada.
En el transcurso de la jornada se trabajaron temas sobre la casa familia, parroquia e iglesia, somos escuela y somos patio para los amigos y relevancia de la oración de buenos días, a través de presentaciones, testimonio y compartir grupal.
La jornada culminó con la celebración de la eucaristía, presidida por el padre Pedro Pablo Cuello, director de la Presencia Salesiana en Talca, quien hizo un llamado a los padres y apoderados a comunicarse más con sus hijos, a conversar con ellos, dialogar, pero especialmente a poner reglas en la casa, “nuestros niños y jóvenes necesitan aprender y reconocer la importancia de los deberes, y no sólo de los derechos, y esto es responsabilidad de los adultos, es responsabilidad de los padres la educación de los valores de los hijos, nosotros como educadores apoyamos esa educación y fortalecemos sus conocimientos, pero es un trabajo en conjunto”, manifestó el sacerdote.
En una casa salesiana, la alegría es una de las actitudes fundamentales, y por eso al finalizar la misa, se invitó a los alumnos a bailar un vals con sus mamás, el vals de la familia. Luego de este emotivo signo, el padre impartió la bendición final.
