La Familia Salesiana de Talca celebró la fiesta de Don Bosco, como es tradicional, este 31 de enero, en el Santuario María Auxiliadora. La misa fue presidida por el padre David Albornoz, recién asumido como director de la Presencia Salesiana en Talca.
El padre David se refirió al sueño de Don Bosco relatando parte de su historia desde la infancia a la adultez, sobre todo en los primeros años de la fundación de la Congregación Salesiana. Ante esto, se hizo la pregunta qué observamos en estas líneas de la vida de Juan. Señaló que una clave fundamental para entender su vida es su mamá Margarita. Añadió que ella está en la base de todo, le enseño a orar y a confiar en Dios, así Juan Bosco empezó a comprender desde pequeño que la vida es un don de Dios, y que el servicio a los jóvenes y a los demás invocaba plenitud, era la alegría de servir en su juventud, y ya de adulto decía: los quiero ver felices aquí y en la eternidad.
El padre David agregó que Juan Bosco va comprendiendo que la formación integral para los jóvenes es el desarrollo del sentido y responsabilidad social, y el acceso a la vida interior, el cultivo de la identidad es la condición para que ellos crezcan como buenos cristianos y honestos ciudadanos.
En el momento de la liturgia eucarística, junto al pan y el vino, se presentó la imagen de don Bosco con los sueños y deseos de la comunidad talquina.
Esta celebración es ocasión de motivar el nuevo aguinaldo que todos los años envía el Rector Mayor de los Salesianos, el padre Ángel Fernández, para dar gracias a Dios por el regalo de San Juan Bosco. El año 2024 las actividades se enfocarán en la consigna: “El sueño que nos hace soñar. Un corazón que convierte a los lobos en corderos”.
Finalizada la Eucaristía, donde se dio gracias a Dios por la vida de Don Bosco y se festejó su legado en Talca y en el mundo, se compartió un rico helado en el patio del Colegio, como ha sido tradicional en todos estos años.
